A los seres humanos nos encanta la certeza. Estamos programados para querer saber qué sucede cuándo y para percibir lo que es inminente. Cuando hay incertidumbre o cuando no nos sentimos seguros, es normal que nos sintamos tensos. Esta misma reacción, aunque nos protege, puede causar todo tipo de estragos cuando hay una sensación de incertidumbre e información conflictiva a nuestro alrededor.
Una gran parte de la ansiedad proviene de la sensación de lo que creemos que deberíamos poder controlar, pero no podemos. En este momento, muchos de nosotros estamos preocupados por la COVID-19, mejor conocida como el "coronavirus". Podemos sentirnos indefensos frente a lo que sucederá o lo que podemos hacer para prevenir más estrés. La incertidumbre también podría conectarse con nuestra vacilación en torno a otros aspectos de nuestras vidas, o recordarnos tiempos pasados, cuando no nos sentíamos seguros y el futuro inmediato era azaroso.
En tiempos como estos, nuestra salud mental puede sufrir. No siempre sabemos que está sucediendo. Tal vez nos sintamos más nerviosos de lo habitual, enojados, indefensos o tristes. Podemos notar que estamos más frustrados con los demás o deseamos evitar por completo cualquier recordatorio de lo que está sucediendo. Para aquellos de nosotros que ya batallamos con nuestro bienestar mental, podemos sentirnos más deprimidos o menos motivados para llevar a cabo nuestras actividades diarias.
Es importante tener en cuenta que no estamos indefensos a la luz de los acontecimientos noticiosos actuales. Siempre podemos elegir nuestra respuesta. Si tiene dificultades, he aquí algunas sugerencias para cuidar su salud mental ante la incertidumbre:
- Separe lo que está bajo su control de lo que no está. Hay cosas que puede hacer y es útil concentrarse en ellas. Lávese las manos. Recuerde a los demás que laven las suyas. Tome sus vitaminas. Limite su consumo de noticias. (¿Realmente necesita saber qué sucede en un crucero en el que no se encuentra?).
- Haga lo que le ayude a sentir seguridad. Esto será diferente para todos, y es importante no compararse con los demás. Está bien si decide que lo que le hace sentirse a salvo es limitar la asistencia a grandes eventos sociales, pero fíjese bien si se está aislando para evitar el eventual contagio o si se está aislando como parte de una depresión.
- Vaya al encuentro con la naturaleza, aunque esté evitando las multitudes. Ayer en la tarde salí a caminar por el vecindario junto con mi hija. El sol brillaba, recibimos nuestra dosis de vitamina D, y nos sentimos bien tanto por tomar un poco de aire fresco como por pasar tiempo juntos. El ejercicio también ayuda tanto a su salud física como mental.
- Desafíese a sí mismo para permanecer en el presente. Quizás su preocupación se agrava: no solo está pensando en lo que acontece actualmente, sino que también se proyecta hacia el futuro. Cuando se preocupe por algo que no ha sucedido, regrese suavemente al momento presente. Observe las imágenes, perciba los sonidos, aprecie los gustos, sienta otras experiencias sensoriales en su momento inmediato y asígneles un nombre. Involucrarse en actividades de atención plena es una forma de mantenerse firme cuando sienta que las cosas escapan de su control.
- Manténgase conectado y comuníquese si necesita más ayuda. Hable con amigos de confianza sobre lo que siente. Si se siente particularmente ansioso o si está batallando con su salud mental, está bien consultar con un profesional de salud mental para obtener ayuda. No tiene que estar solo con su preocupación y puede ser reconfortante compartir lo que experimenta con aquellos que están capacitados para brindarle ayuda.
Estamos juntos en esto y siempre hay ayuda disponible. Si se siente solo y tiene problemas, también puede comunicarse con la línea de mensajes de texto en momentos de crisis, enviando la palabra TALK al 741741, o con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-TALK.